En muchísimas ocasiones, cuando uno entrevista, o simplemente conversa con alguna otra persona, siempre tiran en el tapete el tema de los "afrodisíacos" y si es verdad que sirven, cuál será el mejor, cuál hace efecto mas rápido, etc.

La verdad es que, aunque no se puede negar que el sistema límbico sigue asociado al rinencéfalo, que es el encargado de que exista afinidad a partir de ciertos olores, el mejor afrodisíaco no es ninguna sustancia química de consumo que se adquiera en un supermercado, farmacia o tienda naturista...   se llama afinidad.

 La afinidad es esa característica que hace que sintamos que estando al lado de la otra persona (sea pareja estable o no), existe esa química en la forma de relacionarnos que hace que pensemos que tenemos un buen "complice" de nuestras travesuras.

Ser afín no implica tener los mismos gustos en todo, eso es erróneo, no es necesario que nos gusten las mismas películas, música o actividades; ser afín quiere decir que por lo menos la actitud y la voluntad por compartir existen, y de ahí que se desarrolle una camaradería y solidaridad entre las personas con quienes existe dicha afinidad.

La idea de que la pareja sea con quien se desarrolla complicidad no es nueva, en realidad muchísimos escritos antiguos, incluyendo el Jardín Perfumado, el Ananga Ranga y el Kama Sutra contienen ésas ideas explícitamente descritas. la idea fundamental de la afinidad es que las personas involucradas sientan el impulso por buscar a la otra persona. Cuando ésto se traslada al ámbito de la sexualidad, lo que encontramos es ése deseo por experimentar cosas nuevas y variadas, y que inevitablemente involucra a la persona con quien se vive la sexualidad.

El sentir complicidad y afinidad, vuelve la sexualidad satisfactoria, e incrementa la probabilidad de la exclusividad sexual en el caso de parejas estables. También aumenta el deseo sexual y por tanto la satisfacción.





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En el ciclo de respuesta sexual masculino, una vez que se ha alcanzado el orgasmo, se entra en una fase que se llama "Resolución" si eres seguidor de Masters & Johnson y Hellen Singer Kaplan; pero a mi parecer, siendo que me agrada más la teoría de Juan Luis Álvarez-Gayou, es más preciso el concepto de "Período Refractario" o "Fase Refractaria".

Esta fase, como se dijo, ocurre inmediatamente después de alcanzado el orgasmo en el varón, y con ella devienen una serie de cambios fisiológicos que en seguida se detallan:

- Rápida pérdida de la mayor parte de la erección del pene, con un lento regreso al tamaño normal.
- Los testículos vuelven a su posición habitual y recobran su tamaño normal.
- El escroto se afloja.
- Tiene lugar el período refractario, durante el cual no es posible otra eyaculación (la duración del período refractario es muy variable; generalmente es más corto en el hombre joven y aumenta su duración con la edad).
- Pérdida de la erección en los pezones.
- Rápida desaparición del rubor sexual.
- La tensión neuromuscular puede continuar, con temblores o contracciones involuntarias de grupos de músculos aislados.
- El ritmo cardíaco, la presión sanguínea y el ritmo respiratorio vuelven a los niveles previos a la excitación.
- Hay una sensación general de relajación.
- La agudeza visual y auditiva vuelven a los niveles normales. - See more at: http://sexoysalud.consumer.es/fases-de-la-respuesta-sexual#sthash.TJo9dRRW.dpuf
  • Rápida pérdida de la erección del pene, con un regreso al tamaño normal, previo a la erección.
  • Los testículos vuelven a su posición habitual y recobran su tamaño normal.
  • El escroto se afloja.
  • Pérdida de la erección en los pezones.
  • Rápida desaparición del rubor sexual.
  • La tensión neuromuscular puede continuar, con temblores o contracciones involuntarias de grupos de músculos aislados.
  • El ritmo cardíaco, la presión sanguínea y el ritmo respiratorio vuelven a los niveles previos a la excitación.
  • Hay una sensación general de relajación.
  • La agudeza visual y auditiva vuelven a los niveles normales. 


Durante el período refractario, para el varón no es posible otra eyaculación, y su duración (del período) es muy variable; generalmente es más corto en el hombre joven y aumenta su duración en tiempo con la edad.

Una vez que el período o fase refractaria a cesado, entonces el hombre vuelve nuevamente a estar expuesto a la estimulación sexual efectiva y por ende al deseo y su consecuente reacción de excitación, quedando dispuesto para una nueva actividad sexual. 

Y en esta fase ocurre lo que muchas personas habrán notado: al hombre le suele dar sueño...
Para que haya paz en el mundo he acá las razones: en un estudio publicado en la revista neurológica "Neuroscience and Biobehavioral Reviews", el cerebro masculino está programado para desactivar cualquier sensación de deseo después de la relación sexual, lo que aúnado a la secreción masiva de tres sustancias químicas, la oxitocina, endorfinas y la serotonina, que inducen un profundo sueño.

De igual forma, se puede emplear el  período refractario como un momento de abrazos, arrumacos y demás demostraciones de afecto, lo que propicia la aparición, pasado un lapso de tiempo, del deseo nuevamente.






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En tiempos no tan lejanos, cuando se hablaba sobre factores que incitaban el deseo sexual en las personas, nos encontrábamos con que, producto de la visión médica de antaño (hoy día no necesariamente es así), que estaba concentrada en el órgano - funcionalismo, se consideraba que el deseo sexual de una persona era correcto o apropiado siempre cuando tuviese una reacción física de excitación.

Gracias a los avaneces que históricamente se han ido produciendo en la ciencia de la sexología, como los planteados por Masters & Johnson, Hellen Kaplan, y John Money entre otros, se fue logrando dilucidar que el deseo sexual es una fase independiente de la reacción de excitación, relacionadas sí, pero que deben ser concebidas de forma separada.

A éste respecto, el sexólogo y psiquiatra mexicano Juan Luis Álvarez-Gayou, hace una de las incursiones más acertadas, cuando propone el tema de los "Estímulos Sexuales Efectivos" (ESE), los cuales, según su propuesta, son todas aquellas estimulaciones que activan de forma eficaz y eficiente el deseo sexual de la persona.

Según esta propuesta, éstos estímulos se encuentran previos al deseo, y el deseo previo a la excitación, lo que reformula la manera en que se piensa en el ciclo de la respuesta sexual.

Estos estímulos son de diversas índoles: 

táctiles: aquellas texturas que nos gusta sentir en nuestra piel,
auditivos: aquellos sonidos que nos gusta escuchar,
gustativos: aquellos sabores que nos agradan al paladar, 
visuales: aquellas imágenes que nos gusta observar, 
olfativos: aquellos olores que agradan a nuestro olfato, y 
fantaseosos: aquellas situaciones, contextos, lugares, actividades o personas con las que nos gusta fantasear.

Todos los estímulos sexuales efectivos, son producto de nuestras experiencias y de nuestros aprendizajes, tienen relación directa con nuestras vivencias (incluso los fantaseosos que no necesariamente se han llevado a la práctica) pues provienen de nuestra socialización tanto en el plano sexual explícito, como en la conversación cotidiana con amistades, o la lectura de un material educativo e ilustrativo.

La idea básica de los ESE es que sean pequeñas estimulaciones que enciendan el deseo en una persona, tal y como puede ser el olor a un incienzo, o un quemador de aromas; el olor a la piel húmeda de la otra persona; el sabor de la boca o alguna parte del cuerpo de alguien; la textura de la barba de tres días, o el mentón bien afeitado; la fantasía de hacer el amor al aire libre, etc.

Todos los estímulos sexuales efectivos, son particulares de cada quién, en una gama de variedad y cantidad tan amplios que se convierten en huellas digitales, característicos de cada persona. La gracia es darse el permiso a sí mismo de explorarse y conocerlos.








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Articulos elaborados por Galo Guerra, Psicólogo y Sexólogo. Con la tecnología de Blogger.