Sexo Anal

/
0 Comments
Recientemente, en un breve chat que tuve con los usuarios de un sex shop, una de las preguntas que surgieron fue sobre cómo practicar apropiadamente el sexo anal. Ante todo es necesario aclarar que el esfinter anal, anatómicamente hablando, no fue diseñado para una penetración, por lo que carece de la facultad de lubricación, como sí la posee la vagina. Pero, aunque no haya sido diseñada para tal fin, ello no lo excluye como un órgano sensible y que puede dar disfrute a la persona, es decir, si el argumento de las personas que están en contra de dicha práctica es que "no fue diseñado para eso", tendríamos que decir que tampoco debería de practicarse el sexo oral, el orgasmo en la boca de la otra persona, la masturbación con los pechos, etc, etc.  Toda parte del cuerpo humano es susceptible de dar placer.

La práctica del sexo anal no es exclusiva de los homosexuales, eso es un enorme mito, y tampoco es que está de moda recientemente, como también se piensa, es una práctica bastante antigua, y sobran las referencias en la literatura antigua en la que se hace referencia explícita a la misma.

La persona que desee comenzar con dicha práctica, debe comprender que es un proceso que es paulatino y progresivo. Nunca es como se muestra en las películas porno, donde las actrices o actores están previamente estimulados, con el esfinter previamente dilatado y relajado, y además utilizan lubricantes especializados que se emplean dentro del ano, sin que sea visible a las tomas de la cámara filmatográfica.

Dicho esto, comencemos por decir que existen tres posibles prácticas anales: el anilinctus que consiste en la estimulación anal con la lengua; la masturbación anal la cual puede llevarse a cabo con los dedos o con juguetes sexuales; y la penteración anal o sodomización, la cual implica la penetración del pene en el ano. No es una obligación que se guste o se disfrute de las tres prácticas, es decir, una persona puede sentir agrado por la masturbación anal, pero no desear o gustar ser penetrada; o puede sentir agrado por la penetración, pero no sentirse cómoda con el anilictus. Para gustos.. colores...

Si ya se ha tomado la decisión de querer experimentar, y retomando la afirmación de que es un proceso paulatino, lo primero que se debe hacer es tener experiencias "en solitario", es decir recurrir primero a la masturbación, pues se debe sensibilizar el área, y muy importante, el cerebro debe de ir aprendiendo a reconocer dichas sensaciones como placenteras.

En dicha práctica en solitario, lo importante es que la persona sienta la libertad de explorarse a su propio gusto, tiempo y ritmo...   acelerar el proceso nunca es buena idea. En el transcurso de la autoexploración, es conveniente el uso de lubricantes, que son de facil acceso en las farmacias o en tiendas eróticas especializadas. Se puede iniciar simplemente acariciando el área, hasta que la curiosidad natural de la persona le lleve a querer intentar una pequeña penetración con el dedo.

Al seguir ésta línea, es posible que en un determinado momento se desee experimentar con un dilatador anal, este sería un segundo paso apropiado en caso de que la persona desee ir un poco "mas allá". Las prácticas en solitario deben extenderse la cantidad de tiempo que sea necesaria hasta que la persona sienta disfrute personal, y relajamiento apropiado en el esfínter. No existe un tiempo recomendado como si se dijera "15 días"; en realidad es una norma de tiempo subjetiva y particular. Va a variar dependiendo de cada quién.

Cumplido dicho paso, es posible entonces incluir a la pareja en el juego, pero se debe de hacer la aclaración de que el rol de la pareja en este momento es "sumiso", es decir, no debe de creer que es ir directo a la penetración, y a dar embestidas frenéticas; todo lo contrario, es un rol de obediencia a las instrucciones que le esté dando la persona a la que se le estimula su región anal. La velocidad, ritmo, intensidad, y profundidad, las determina la persona estimulada.

Cada persona debe ubicar las posiciones que le resulten más cómodas para la práctica anal. Igual que en el sexo vaginal, hay posiciones en las que una persona puede sentirse más agradada o más excitada; y esto es fundamental para que la práctica sea placentera, encontrar la posición(es)  de mayor agrado.

La frecuencia con que se realice la práctica anal, la dicta la persona que recibe la estimulación, y otra vez se llega al punto de "es subjetivo", va a ser la frecuencia que genere agrado y placer, puede ser una de cada 5 ocasiones; o bien dos de cada cinco ocasiones; tres de cada cinco ocasiones;  incluso hay personas que prefieren la práctica anal por encima de la vaginal.

No está de más decir, que dicha práctica debe realizarse con preservativo, por la prevención de infecciones de transmisión sexual, ya que es un área que contiene materia  fecal, la cual puede causar infecciones. Igualmente, no sobra decir, que es necesario el uso de lubricantes a la hora de practicarlo, ya que como se explicó, no es un área que produzca su propia lubricación.

Ya hechas las precausiones, pues solo queda decir el sexo anal tiende a ser muy placentero, para aquellas personas que han tomado las precausiones de vivirlo apropiadamente, y que también es posible alcanzar el orgasmo por medio del ano, es cuestión simplemente de saber si es algo que se desearía explorar o no, y de tomarselo con calma, para que acabe bien.









imagen de:
www.lelo.com/es/blog/griego-2-0-3-posturas-para-alcanzar-el-climax-anal/

Para contactar: 

https://www.facebook.com/galoguerrapsicologo



You may also like / También podría interesarle

No hay comentarios:

Articulos elaborados por Galo Guerra, Psicólogo y Sexólogo. Con la tecnología de Blogger.