En una sociedad moderna, donde las personas están bombardeadas por nociones de amor "hollywoodense", con tramas de amor llenas de finales felices, en donde cuando se trata de "perder a alguien en 10 días", o de ser "amigos con beneficios", y se tiene una "locura de amor en las vegas" o una "novia por contrato", y aún así todo sale bien; la verdad es que bien vale la pena preguntarse si en la actualidad hay una verdadera noción de lo que son las señales para detectar el amor.

 En este breve blog no, y repito no voy a dar o explicar señales del amor, mas bien voy a explicar cuáles son las señales equivocadas que la sociedad nos ha dado de lo que es amor.

Cuando cualquier persona pone en su buscador de internet la simple frase de "señales de amor" (hagan la prueba y verán) aparecen un sinnúmero de respuestas de las cuales, cada una deja más que pensar y desear en comparación con la anterior.

Muchas de las "señales" tienen que ver con las "mariposas en el estómago", que pierdes el aliento, sientes que el mundo se mueve bajo tus pies, no sabes que decir, el corazón se sale de tu pecho, te tiemblan las manos, te tiemblan los pies, te ruborizas, piensas en la persona constantemente, etc.

Primero que todo, éste grupo de señales en su enorme mayoría son señales físicas, y corresponden a lo que se llama una "activación del sistema nervioso simpático", es decir, esta lista lo que muestran son las manifestaciones fisiológicas de la excitación sexual.

Y segundo, si uno analiza las señales supracitadas, también corresponden fisiológicamente a la indigestión, el ataque de pánico, una simple arritmia, el miedo, la ansiedad, una fobia, la gastritis...   por citar algunos ejemplos.

En la sociedad actual, se ha vendido la idea errónea de que la excitación es amor, y por tanto no es extraño cuando las parejas que tienen mucho tiempo de estar juntas se quejan y dicen "ya no es como antes...", lo cual es muy esperable, ya que al inicio eran los besos apasionadamente eternos, las caricias que derretían el cuerpo y que estremecían todo el ser. Eran los primeros meses, y eran los que estaban dominados por la excitación sexual, no por el amor.

Todavía, incluso, no falta la pareja que pregunta "¿por qué no puedes ser como al principio?...", y la respuesta es simple, a parte de que el principio ya pasó... pues al inicio existió un cortejo y galanteo que tenía por finalidad conquistar sexualmente a la otra persona, por lo que volvimos a la excitación nuevamente, y otra vez se cae en que no era el tiempo del amor.

Es importante aclarar acá, que no es una posición férrea de desaprobación al disfrute de la excitación, no es eso, es simplemente la aclaración de que las señales anteriormente citadas no son señales de amor, y que la idea social actual no es correcta en cuanto a ellas.

La excitación es un período agradable, que debe ser disfrutado como tal, es sumamente placentero y no hay por qué privarse de ella. Pero así como se le disfruta esta etapa de atracción, también es de entenderse que es necesario que la misma ceda para ir dando paso al enamoramiento y luego al amor, las cuales tienen otras características que posteriormente aboraremos en otro blog.






 
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A través del tiempo, ya sea en medios de comunicación, radiales, escritos o televisivos, o bien en el consultorio psicológico o sexológico, uno se encuentra con una pregunta recurrente: "¿cómo hablar de sexo con mi pareja?".



Aunque suene un poco extraño, o risible, o bien inesperado, ya que la pregunta esperada es ¿cómo hablar de sexo con mi hijo?, muchas personas enfrentan el problema de que no logran establecer una comunicación asertiva, eficaz y eficiente para abordar temas sexuales en pareja.



Ello puede ocurrir por múltiples razones que van desde una educación religiosa muy impositiva y fuerte sobre la persona que le hace sentirse mal consigo misma si se expresa; o una educación sexual que no incluyó la libertad de expresarse y por tanto no hay confort al hacerlo; distanciamiento afectivo entre la pareja que ha lesionado la comunicación; o tal vez nunca se ha "roto el hielo" en el tema de hablarse y existe una barrera intangible; o de pronto la simple idea social de que es un tabú...    en fin hay demasiadas causas probables.



El caso es que para hablar del tema con la pareja, como todo en la vida, se necesita de cierta gracia, arte, ciencia, estrategias, tips o como se les quiera llamar:



  • Primero que todo busque un momento propicio, es decir hágalo en un momento relajado, sin estrés ni tensión de por medio, y por nada del mundo se le ocurra hacerlo en medio de una discusión.  El tema para ser bien recibido debe ser en el momento apropiado, en el que ambos estén en calma y dispuestos a la escucha asertiva.



  • Abórdelo como una pregunta curiosa y casual, que nace de una inocente casualidad, por ejemplo "leí en una revista que hay personas que gustan de... ¿ a vos te gusta?", modulando el tono de la voz para que sea tan relajado como sea posible. Hay que recordar que es una pregunta casual, no un interrogatorio frente a un polígrafo...



  • Cuando vaya a abordar un tema no trate de imponer sus expectativas, tenga en cuenta también que la otra persona puede no pensar igual que usted, y que también es válido. No se desespere, ni pierda la calma, y no trate de convencer, esta actitud hace que la otra persona se ponga a la defensiva y se pierde el ambiente de escucha asertiva.



  • Procure que  -en caso de que la conversación se dirija hacia una propuesta- la tónica sea de una invitación a jugar, como si se estuviera compartiendo con un cómplice una travesura. Esto generalmente deriva en una actitud favorable hacia la proposición. Las exigencias, demandas, y reproches más bien logran como resultado la indisposición.



  • La sexualidad es un área vulnerable y sensible en las personas, aunque muchas quieran mostrar lo contrario. Tome en cuenta que al hablar de ella no sólo usted está abriendo sus sentimientos y expectativas, la otra persona también existe y tiene también sentimientos y expectativas… hay que tener la gentileza de cuidar esas emociones, porque es básicamente lo mismo que se esperaría que hicieran por uno.



  • Finalmente, hablar de sexo implica darle una connotación positiva. Algo que se puede aprender de la cultura BDSM es que el utilizar palabras negativas frente al sexo lo carga de una idea y prejuicio que provoca desagrado. La connotación positiva implica referirnos en palabras afirmativas a cualquier situación sexual, incluyendo a las que quisiéramos decir “no”. Por ejemplo “pues entiendo que hay personas que les agrada, pero yo prefiero mucho más…”, o “me resulta mucho más excitante esta otra idea…”. Aclaro acá que no implica estar de acuerdo con todo lo que se le proponga, es tratar de discentir sin cargar negativamente la esfera sexual.



Obviamente estos no son todos los consejos útiles para abordar el tema con la pareja, pero pueden servir como un inicio adecuado para propiciar un acercamiento.








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Articulos elaborados por Galo Guerra, Psicólogo y Sexólogo. Con la tecnología de Blogger.