En días previos, gracias a esa maravilla de las amistades, mi querida Ana Mora me comprometió a escribir un artículo breve sobre ¿para qué sirve la psicología?, y acá con muchísimo gusto le complazco.

La psicología ante todo es una ciencia, y como tal, se entiende que emplea el método científico para poder realizar cualquiera de sus aseveraciones; ya que como ciencia seria que es, se ve obligatoriamente destinada a separase de una mera opinión personal.

El objetivo de dicha ciencia es lograr la comprensión del ser humano, en una basta y diversa gama de temáticas, como lo son las emociones, los sentimientos, actitudes, reacciones, pensamientos, cogniciones, personalidad, identidad, género, dimensión social, comportamiento grupal, conducta, neurología y conducta, por citar tan sólo algunas.

Para abarcar esta gran diversidad de temáticas, a lo largo de la historia de la psicología se han desarrollado escuelas teóricas que han variado en su epistemología (construccción del conocimiento) y su ontología (visión del ser humano), y dentro de las cuales se encuentran el funcionalismo, el conductismo, el psicoanálisis, el cognoscitivismo, el constructivismo, el estructuralismo, la epistemología genética, el humanismo, la teoría de sistemas, la neuropsicología, entre muchas otras, sólo por citar algunas.

Bajo esa línea, la psicología se desenvuelve aplicando dichas teorías en una variedad de campos dentro de los que encontramos la clínica (tal vez la más conocida), la educativa, la experimental, la jurídica, la victimología, la social, la de género, la forense, la criminológica, la de personalidad, la organizacional, la laboral, la de salud, la etológica, la comunitaria, la investigativa, del deporte, la de emergencias y desastres, por mencionar algunas.

Todo ello, ocurre bajo tres dimensiones de enfoque investigativo y metodológico, como lo son el cualitativo, el cuantitativo y el fenomenológico.

Sin importar la rama de la psicología, ni el área de implementación, todo profesional en psicología ha de tener claro que se trabaja, como objeto de sus estudios e intervenciones, con seres humanos.

Es en ésa línea, donde un verdadero profesional de esta ciencia, se orienta comprometidamente con el cambio de pensamientos, sentimientos, actitudes, conductas y emociones, de las personas, empresas, grupos sociales y sociedad en general, en pro de una verdadera sensación de bienestar, satisfacción y calidad de vida tanto a nivel intra personal, como inter personal. De ahí, y dada su importancia, que la Organización Mundial de la Salud (OMS) la reconoce como una Ciencia de la Salud, dejando de lado su categoría anterior de una "humanidad".


Desde diversas áreas, como la experimental, la investigativa, o la clínica, se han desarrollado diversos tipos de programas de tratamiento y abordaje de problemáticas tales como: 
  • Fobias
  • Desórdenes Alimentarios
  • Desórdenes de Personalidad
  • Desórdenes de Ansiedad
  • Depresión
  • Desódenes del Control de Impulsos
  • Desórdenes de la Infancia.
  • Desórdenes de la Adolescencia
  • Desórdenes del Desarrollo
  • Desórdenes de la Memoria
  • Desórdenes de Identidad.
  • Adicciones
  • Desórdenes de Agresividad
  • Problemas de Pareja
  • Desórdenes Dismórficos
  • Desórdenes Somáticos
  • Desórdenes del Control de Esfínteres
  • Adherencia a Tratamientos
  • Sexualidad
Todos y cada uno de ellos, con sus posibles subdivisiones y subdiagnósticos, ya que sólamente se han mencionado las áreas macro. 

La pregunta de "¿para qué sirve la psicología?", tiene respuesta entonces no sólo en la clínica tradicional de problemas de pareja, que es el estereotipo más común de lo que hace un psicólogo, se puede pensar también en la creación de planes de trabajo con personas con Autismo; planeamiento de centros educativos; valores y normas deseables en un ser humano; comprensión de procesos sociales y soluciones a los mismos; redacción de leyes; y un enorme y gigantesco etcétera.

El arte del cambio (como lo dijera Watzlawick) consiste en que el psicólogo logre la comprensión del ser humano, para facilitar desde los recursos personales de cada quién, el cómo, por qué y para qué del cambio mismo. En un ejemplo estereotipado, sería entonces el aprender como, por qué y para qué aprender a escoger pareja, ya que las elecciones del pasado no han sido las óptimas. Sin embargo en la misma óptica de cambio, pero en ejemplos menos trillados, se encuentra el cómo poder comunicarse con personas con características no tradicionales, como el Asperger; el lograr que una persona en un intento suicida vuelva a conectarse con la vida y la intención y motivación por vivir, el lograr que una persona con mutismo selectivo hable libremente en público, o bien que un agorafóbico sienta la tranquilidad de salir de su casa.

El psicólogo español Juan Godoy, a quien tuve el honor de conocer, pionero en el campo del biofeedback (escencial para el campo de tratamiento de ansiedad, rehabilitación muscular, depresión, control de tics y de impulsos, y recientemente en el entrenamiento de agudeza visual), decía que al fin de cuentas, un psicólogo hace lo que hace por la satisfacción de un abrazo de alguien a quien le hayas ayudado a mejorar su vida, el pago es necesario, pero secundario, la verdadera satisfacción está en lograr que alguien se sienta mejor.

A título personal, la psicología es una ciencia altamente efectiva y eficaz, siempre y cuando sea ejecutada por una persona comprometida a brindar las mismas características: ser eficaz y eficiente. Ya lo decía muy claro B.F. Skinner cuando mencionaba que "la ciencia no tiene la culpa del científico".

Joseph Cubo, en su visita a Costa Rica, hacía mención en lo fundamental que resulta ver lo básico de un fenómeno, y lo muy frecuente que las personas simplemente NO lo hacen.

El mundo de la psicología es apasionante, interesante, pero requiere ser conocido por personas con mentes amplias, deseosas de conocer más allá de lo que es evidente en sí mismo. Implica que sea abarcado por individuos con un alto nivel de razomaniento lógico deductivo, y con la destreza de emplear la inferencia como proceso cognoscitivo, en lugar de la mera y simple deducción. 

Es posible que no sea en la actualidad la profesión mejor remunerada en metálico, pero no hay duda de que es de las mejor remuneradas en cuanto a satisfacciones intrapersonales.







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Tradicionalmente, cuando se habla de los cambios que sufren los adultos, como parte de su proceso natural de movimiento en las etapas del desarrollo, y se acercan cada vez más a la vejez, se tiende a hablar para los varones de la "crisis de los cuarentas".

Haciendo una revisión rápida de diversos artículos y blogs en el internet, se ve que en su gran promedio tienden a mencionar que los hombres sienten" la necesidad de hacer, vivir, experimentar, probar, todo aquello que no han hecho, vivido, experimentado o probado. Tienen una serie de pensamientos irreales, que les dicen que es ahora o nunca, como si creyeran que la vida se terminara después de los 40", esto de forma resumida.

Sin embargo el tema merece un mayor detalle. Ante todo, hay que tomar en cuenta que la crisis más fuerte en los varones es más bien a los 30 años de edad, y no obedece a lo que se citó previamente, pues tiene relación más bien con temas de "productividad".  Para los hombres, como seres socializados, las creencias y demandas sociales le exigen cerca de los 30 años de edad tener una profesión concluída, un trabajo estable, haber dejado el nido familiar, alquiler de espacio propio o en su defecto casa propia; así como también una relación estable de pareja, llámese unión libre, matrimonio o noviazgo cerca de consumar alguna de las anteriores.

Aunque estamos en tiempos modernos, donde la educación y sensibilización sobre las mujeres ha cambiado mucho, la crianza sobre los varones no lo ha hecho. Un varón para ser "apetecible" por una potencial pareja, debe cumplir con los requerimientos supracitados, pues caso contario, sería visto como "material defectuoso", inservible, no deseable, inmaduro, y como si no tuvierse "metas".

De los 29 a los 32 años, la mayoría de hombres que se encuentra bien ubicados en su etapa de adulto productivo, tienden a evaluar sus logros alcanzados (según la imposición social) tanto personales como sociales; y experimentan una gran frustración y ansiedad en caso de no sentir que se encuentra con la mayoría de ellos alcanzados.

Las cargas sociales, le ejercen presión sobre su capacidad adquisitiva, obligándolo a tener que buscar salarios cada vez mas altos, pues se espera que sus ingresos se destinen a la manutención de la familia, pues aunque la mujer hoy día trabaja y aporta, el dinero del varón continúa siendo visto como "el ingreso de la familia".

A los 40 años, en cambio, lo que se ve es un hombre que ya ha alcanzado la madurez económica y que por tanto está en la libertad de realizar inversiones en sí mismo, pasatiempos, hobbies, y dfarse esos "gustitos" que no es que antes no existieran, es que simplemente no se podía. De ahí que la gente piense que la crisis es a esta edad, cuando mas bien es el resultado de que ahora sí sea el momento de llevar a cabo los planes rezagados.





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Articulos elaborados por Galo Guerra, Psicólogo y Sexólogo. Con la tecnología de Blogger.