Los tiempos cambian, y con ellos también los conceptos y acepciones de lo que es una relación. Originalmente, de acuerdo a las normas sociales, la relación socialmente aceptada es la relación "monógama" o "exclusiva" que es aquella donde las personas tienen un único compañero/a sexual y afectivo.  para esta relación, la fidelidad es un eje central, y en ocasiones lo es tanto o más que la buena comunicación, demostraciones de afecto, tareas del hogar, filosofía personal, y otras tantas áreas de una buena pareja.

Existe una acepción dentro de las parejas actuales, llamada "Relación Abierta". En este tipo de relaciones, existe una relación primaria o central, que es la que establecen dos personas con todos los acuerdos de una relación exclusiva, es decir, se desea buena comunicación, intercambio recíproco de emociones, planes a futuro, demostraciones de afecto, tiempo de pareja, familia, amigos, vida social de pareja, etc.  También hay un acuerdo explícito de ambas partes en que la monogamia no es necesaria. Es decir que ambos miembros de la pareja acuerdan que la exclusividad no es necesaria, y que el eje central de su relación serán los afectos.

Ante los ojos de una pareja que cree firmemente en la fidelidad, ésta sería una relación con "permiso para ser infiel".  Esta afirmación no es cierta, ya que los afectos sí están involucrados, y ellos son los que causan la "filiación" que da pie a la fidelidad. La relación abierta es, por consentimiento mutuo, no exclusiva, que es diferente.

Sobre el acuerdo de que no hay exclusividad, la pareja abierta construye un acuerdo paralelo de solidez en su relación, en el cual, a toda persona que sea una "tercera" se le debe mencionar explícitamente que ya hay una relación central donde las emociones están implicadas, y que con ella (la tercera persona) dicho involucramiento afectivo no es posible, ya que para ello está la relación primaria.

Tampoco, como muchos piensan, es una relación basada en el libertinaje, es decir que carece de compromiso en pro del hedonismo sexual. Las relaciones abiertas toman acuerdos sobre el cómo y cuándo se puede tener contacto con una tercera persona, es decir, que no es válido cancelar una cita con su pareja primaria por la oportunidad de contacto con un tercero... la pareja central es primero.

Existen acuerdos por ejemplo de que el contacto será la noche en que alguno se encuentre fuera, o bien acuerdan una fecha específica del mes en que cada quien puede ir a tener su experiencia con terceros. También existen acuerdos sobre los sitios, como por ejemplo que en la casa donde viven los miembros primarios no se puede llevar a un tercero.

En otras ocasiones (subderivadas del troilismo) las personas acuerdan que está bien la diversidad en experiencia sexual, pero que la pareja primaria debe estar presente, no necesariamente participar activamente, pero sí presente.

Sí está claro que este tipo de relaciones, aunque suenen "libertinas", en realidad tienen un nivel de comunicación sumamente alto, y que el manejo de emociones debe ser muy fuerte y sólido. Los celos y la pertenencia de una pareja exclusiva no son deseables en éste tipo de relación, razón por la cual, en caso de aparecer algún celo, se debe revisar de inmediato los acuerdos establecidos para ver si es posible mantenerlos, si hay que modificarlos, o bien si la pareja debe disolverse.

No está demás señalar, que en muchas ocasiones, para reestablecer el equilibrio tanto individual como de pareja, los miembros de la pareja central o primaria acuden a un servicio de psicología para poder reestablecerse apropiadamente.







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Recientemente, en un breve chat que tuve con los usuarios de un sex shop, una de las preguntas que surgieron fue sobre cómo practicar apropiadamente el sexo anal. Ante todo es necesario aclarar que el esfinter anal, anatómicamente hablando, no fue diseñado para una penetración, por lo que carece de la facultad de lubricación, como sí la posee la vagina. Pero, aunque no haya sido diseñada para tal fin, ello no lo excluye como un órgano sensible y que puede dar disfrute a la persona, es decir, si el argumento de las personas que están en contra de dicha práctica es que "no fue diseñado para eso", tendríamos que decir que tampoco debería de practicarse el sexo oral, el orgasmo en la boca de la otra persona, la masturbación con los pechos, etc, etc.  Toda parte del cuerpo humano es susceptible de dar placer.

La práctica del sexo anal no es exclusiva de los homosexuales, eso es un enorme mito, y tampoco es que está de moda recientemente, como también se piensa, es una práctica bastante antigua, y sobran las referencias en la literatura antigua en la que se hace referencia explícita a la misma.

La persona que desee comenzar con dicha práctica, debe comprender que es un proceso que es paulatino y progresivo. Nunca es como se muestra en las películas porno, donde las actrices o actores están previamente estimulados, con el esfinter previamente dilatado y relajado, y además utilizan lubricantes especializados que se emplean dentro del ano, sin que sea visible a las tomas de la cámara filmatográfica.

Dicho esto, comencemos por decir que existen tres posibles prácticas anales: el anilinctus que consiste en la estimulación anal con la lengua; la masturbación anal la cual puede llevarse a cabo con los dedos o con juguetes sexuales; y la penteración anal o sodomización, la cual implica la penetración del pene en el ano. No es una obligación que se guste o se disfrute de las tres prácticas, es decir, una persona puede sentir agrado por la masturbación anal, pero no desear o gustar ser penetrada; o puede sentir agrado por la penetración, pero no sentirse cómoda con el anilictus. Para gustos.. colores...

Si ya se ha tomado la decisión de querer experimentar, y retomando la afirmación de que es un proceso paulatino, lo primero que se debe hacer es tener experiencias "en solitario", es decir recurrir primero a la masturbación, pues se debe sensibilizar el área, y muy importante, el cerebro debe de ir aprendiendo a reconocer dichas sensaciones como placenteras.

En dicha práctica en solitario, lo importante es que la persona sienta la libertad de explorarse a su propio gusto, tiempo y ritmo...   acelerar el proceso nunca es buena idea. En el transcurso de la autoexploración, es conveniente el uso de lubricantes, que son de facil acceso en las farmacias o en tiendas eróticas especializadas. Se puede iniciar simplemente acariciando el área, hasta que la curiosidad natural de la persona le lleve a querer intentar una pequeña penetración con el dedo.

Al seguir ésta línea, es posible que en un determinado momento se desee experimentar con un dilatador anal, este sería un segundo paso apropiado en caso de que la persona desee ir un poco "mas allá". Las prácticas en solitario deben extenderse la cantidad de tiempo que sea necesaria hasta que la persona sienta disfrute personal, y relajamiento apropiado en el esfínter. No existe un tiempo recomendado como si se dijera "15 días"; en realidad es una norma de tiempo subjetiva y particular. Va a variar dependiendo de cada quién.

Cumplido dicho paso, es posible entonces incluir a la pareja en el juego, pero se debe de hacer la aclaración de que el rol de la pareja en este momento es "sumiso", es decir, no debe de creer que es ir directo a la penetración, y a dar embestidas frenéticas; todo lo contrario, es un rol de obediencia a las instrucciones que le esté dando la persona a la que se le estimula su región anal. La velocidad, ritmo, intensidad, y profundidad, las determina la persona estimulada.

Cada persona debe ubicar las posiciones que le resulten más cómodas para la práctica anal. Igual que en el sexo vaginal, hay posiciones en las que una persona puede sentirse más agradada o más excitada; y esto es fundamental para que la práctica sea placentera, encontrar la posición(es)  de mayor agrado.

La frecuencia con que se realice la práctica anal, la dicta la persona que recibe la estimulación, y otra vez se llega al punto de "es subjetivo", va a ser la frecuencia que genere agrado y placer, puede ser una de cada 5 ocasiones; o bien dos de cada cinco ocasiones; tres de cada cinco ocasiones;  incluso hay personas que prefieren la práctica anal por encima de la vaginal.

No está de más decir, que dicha práctica debe realizarse con preservativo, por la prevención de infecciones de transmisión sexual, ya que es un área que contiene materia  fecal, la cual puede causar infecciones. Igualmente, no sobra decir, que es necesario el uso de lubricantes a la hora de practicarlo, ya que como se explicó, no es un área que produzca su propia lubricación.

Ya hechas las precausiones, pues solo queda decir el sexo anal tiende a ser muy placentero, para aquellas personas que han tomado las precausiones de vivirlo apropiadamente, y que también es posible alcanzar el orgasmo por medio del ano, es cuestión simplemente de saber si es algo que se desearía explorar o no, y de tomarselo con calma, para que acabe bien.









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Articulos elaborados por Galo Guerra, Psicólogo y Sexólogo. Con la tecnología de Blogger.